Siempre he pensado que las palabras se las lleva el viento,
ahora por más que soples no se írán,
no como el tiempo que se te escapa entre los dedos.
2 de mayo de 2010
Conozco un lugar. Un lugar donde pasar largas tardes o una corta hora. Un lugar, que si te lo imaginas, ya puedes entrar, un lugar que solo conoces tú. Ese lugar donde todos nos sentimos protegidos, enternecedor, tranquilo, con la brisa acariciando tu cara, con cien mil vueltas que dar, y mil secretos que contar. Con el atardecer en la mano, y una hora localizable, un adiós perdido, y un te quiero en la boca. Un lugar, ese lugar, nuestro lugar.
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